Julián Marías |
Helio Carpintero |
Biografía escrita por Helio Carpintero Capell, catedrático de Psicología en la Universidad
Complutense de Madrid, académico de número de la Real Academia de Ciencias
Morales y Políticas, doctor honoris causa por varias universidades nacionales y
extranjeras, miembro fundador y primer Presidente de la Sociedad Española de
Historia de la Psicología y máximo especialista en la figura y obra de Julián
Marías.
La Real Academia de la Historia ha publicado recientemente el Diccionario Biográfico Español con la vida de 40000 españoles. La dedicada a Julián Marías ha sido realizada por Helio Carpintero. El enlace a la misma a continuación: Biografía de Julián Marías. Su contenido completo seguidamente:
Julián Marías Aguilera. Filósofo y ensayista.
Valladolid, 17.VI.1914 – Madrid,
15.XII.2005.
Hijo de una familia acomodada, su padre,
Julián, aragonés, era alto empleado de banca (Banca Jover, en Valladolid), y la
madre, María, andaluza, fue para el hijo modelo de talento natural. Él mismo ha
reconocido deberle a su padre un minucioso conocimiento y familiaridad con la
España del siglo XIX y sus personajes. En su vida, ha dejado honda huella la
relación con un hermano mayor, Adolfo, con quien haría el compromiso de “no
mentir nunca”, y a cuya muerte asistió siendo aún un muchacho.
La familia se trasladó a Madrid en 1919;
tras la Guerra Mundial, el padre, honesto y nada aventurero, vio perder sus
ahorros, y la familia se vio en una difícil situación económica. Él se formó en
un colegio privado, cuyos profesores ha recordado con gran afecto, y luego en
el instituto Cardenal Cisneros, donde cursó el bachillerato con gran
brillantez. A su término, inició estudios de Filosofía y de Ciencias, en 1931;
pronto descubrió que su vocación se hallaba en la filosofía, y a ella dedicó
sus esfuerzos, en el marco de una Facultad regida por el filósofo Manuel García
Morente como decano, y con un grupo de profesores entre los que se contaban en
Filosofía José Ortega y Gasset, Xavier Zubiri, José Gaos o Julián Besteiro, y
figuras como Ramón Menéndez Pidal, Américo Castro o Claudio Sánchez Albornoz,
entre otros.
Tras descubrir el pensamiento de Ortega
—iniciado con la lectura de su libro Notas,en
1928, y ya personalmente, como alumno suyo, en 1932—, Marías entendió que la
filosofía de su maestro contenía el modo adecuado de mirar la realidad, al
tiempo que hacía sus propios ensayos de aplicación, en escritos juveniles,
luego reunidos en San Anselmo
y el insensato (Madrid,
1944). Mantuvo una estrecha amistad con Xavier Zubiri, quien dirigió su tesis
doctoral y prologó su Historia
de la filosofía (1941). Tomó
parte en el crucero a Oriente organizado por la Facultad en 1933, y su diario,
al obtener uno de los premios creados a tal fin, fue parcialmente publicado (Juventud
en el mundo antiguo, 1934);
en esas páginas se muestra ya formado su estilo literario. En junio de 1936, se
licenció en Filosofía mediante el examen establecido al efecto.
Persona de mente religiosa y liberal,
siempre consideró que la Guerra Civil fue una tremenda catástrofe, que habría
debido ser evitada. Discrepando de los dos bandos enfrentados en ella, colaboró
en Madrid con Julián Besteiro y el Comité Nacional de Defensa de Madrid (marzo
de 1939) en sus esfuerzos por acabar la contienda, y escribió artículos sin
firma en ABC (Madrid) apoyando los planes de
aquél. A su término, denunciado por un antiguo compañero, pasó
detenido unos meses, y fue puesto en libertad, forzado a encontrar su
camino en la nueva situación.
En 1941 se casó con una antigua compañera
de Facultad, Dolores Franco, persona con quien compartió la vida y el
pensamiento. Animado por ella, incapaz de admitir las actitudes y valores
dominantes en la España del general Franco, Marías empezó a desarrollar las
ideas de Ortega y de la tradición liberal española, depreciadas y en ocasiones
perseguidas por los nuevos gobernantes. Así, publicó su ya mencionada Historia
de la filosofía relacionándola
con la desaparecida Facultad de los tiempos de García Morente, libro que se
cierra con un capítulo sobre Ortega, entonces exilado y acusado de “irreligiosidad,
republicanismo y antiespañolismo”.
Inició así una vida de escritor y
ensayista liberal e independiente, impedido de publicar en diarios, forzado a
escribir libros y a ejercer un magisterio privado. Fueron años difíciles
económicamente, pero muy productivos intelectualmente. Estableció una amistad
personal con Ortega, exiliado en Portugal; organizó una academia, “Aula Nueva”,
donde inició cursos de Filosofía; presentó su tesis doctoral sobre la filosofía
del padre Gratry —que fue suspendida en 1941, por un tribunal adicto al régimen
con el voto en contra de Manuel García Morente, entonces ya sacerdote y con
quien Marías mantuvo una inquebrantable amistad hasta su muerte—. Frente a la
desvalorización oficial a que se sometió a la Generación del 98, Marías
escribió y logró publicar, tras un año de espera, su Miguel de Unamuno (1943), en que interpretaba este
pensamiento desde la filosofía orteguiana de la vida o existencia, y calificaba
sus novelas de “novela personal”.
Tras el regreso de Ortega a España en
1946, mantuvo con él en Madrid un trato cotidiano; fundaron ambos un “Instituto
de Humanidades” privado (1948), activo durante dos cursos, que contó con
colaboraciones de Emilio García Gómez, Benito Gaya y Valentín de Sambricio,
entre otros. También promovió estudios sobre la obra orteguiana —“El Estado de
la Cuestión”—, y publicó una Introducción
a la filosofía(1947), tratado sistemático escrito desde la doctrina
orteguiana de la “razón vital”. También, en 1950, salió en defensa del
pensamiento de Ortega, sometido a tergiversaciones por representantes de la
corriente más integrista del sector católico, con un libro no autorizado en
España y editado en Argentina, Ortega
y tres antípodas(1950), donde se muestra la manipulación a que esos autores han
sometido los textos orteguianos. De esta suerte, se significó su figura
crecientemente como un pensador católico y liberal, enérgicamente enfrentado a
los grupos católicos integristas que combatían a Unamuno y Ortega como figuras
heterodoxas. Como tal, tomó parte activa en ciertos movimientos
religioso-culturales de oposición al régimen, como las Conversaciones Católicas
(San Sebastián), o los Encuentros Católicos de Gredos (1951-1969), estos
últimos promovidos por el sacerdote Alfonso Querejazu, figura influyente en
medios intelectuales.
Su figura adquirió nuevas proporciones
desde el momento en que se abrieron para él las puertas de las universidades
norteamericanas. Durante años, ha sido “escritor español y profesor americano”,
enseñando Literatura y Filosofía en Wellesley College (1951), Bryn Mawr
College, Yale, Indiana, entre otros centros; su obra se ha traducido
progresivamente al inglés, al alemán, al portugués, y participó en reuniones
internacionales de gran prestigio. Merece recordarse aquí suactiva participación
en un encuentro con M. Heidegger, G. Marcel y otros filósofos de máximo
prestigio celebrado en Cerisy (Francia) en 1954. En 1953, fue el primer español
elegido miembro del Institut International de Philosophie, sociedad de gran
prestigio.
Al compás de una cierta apertura cultural
del régimen español a comienzos de la década de 1950, Marías leyó por fin
su tesis doctoral en la Universidad de Madrid en 1951, y su firma empezó a
aparecer en los periódicos nacionales, al tiempo que colaboró en otros extranjeros
—por ejemplo, La Nación, de Buenos Aires—. Con todo, en
1955 murió Ortega, y tras una serie de actos en su honor, se produjo una fuerte
reacción gubernativa ante los movimientos de agitación universitaria, y se
inició una nueva reacción integrista con el cese de un grupo de figuras —Pedro
Laín, Antonio Tovar, Joaquín Pérez Villanueva…— que habían protagonizado la
apertura en educación en torno a Joaquín Ruiz Giménez. Vacante la cátedra de
Ortega en la Universidad, hubo públicas advertencias hechas por gentes próximas
al Gobierno de que no era admisible que aquélla fuera ocupada por alguno de sus
discípulos, en clara referencia a Marías. Se perpetuaba, así, su alejamiento de
la Universidad de la época franquista.
También al final de la década de 1960 hubo
un nuevo intento de lograr la condenación religiosa del pensamiento orteguiano,
en que cupo un singular protagonismo al padre Santiago Ramírez (OP), enfrentado
con Ortega y con el “orteguismo católico” —Marías, Aranguren, Laín, etc.—, y
cuyo ataque fue finalmente neutralizado y disuelto.
Como profesor de universidades americanas,
impartió cursos sobre pensamiento y literatura españoles. Sin duda, en relación
con dichos cursos, fue creciendo una obra que reivindicaba los valores de la
tradición liberal española —Feijoo, Jovellanos, Moratín, Valera…—, y en la que
se planteaba la realidad peculiar de la sociedad española, que había hecho
posible la tragedia de la Guerra Civil. Entre 1960 y 1969 dirigió un Seminario
de Humanidades, con el apoyo de la Fundación Rockefeller (Estados Unidos),
donde colaboraron notables intelectuales (Fernández Almagro, Lafuente Ferrari,
Rafael Lapesa, Laín Entralgo, José Luis L. Aranguren) junto a jóvenes
investigadores (G. Anes, E. Martínez de Pisón, M. Martínez Cuadrado, J. Campos,
C. Martín Gaite, J. M. López Piñero, E. Díaz o H. Carpintero, entre
otros); su tema de estudio fue la sociedad española de la modernidad.
Con este proyecto guardan estrecha
relación sus varios estudios sobre el siglo XVIII español (incluso editó un
manuscrito desconocido, claramente europeísta,probablemente de A. de Capmany),
así como sus trabajos teóricos sobre sociología (La estructura social, 1964). En 1964, fue elegido
miembro de la Real Academia Española, de la que durante años fue un activo miembro,
y en la que ingresó con un discurso sobre el uso lingüístico.
Además, dedicó amplias temporadas a
enseñar en la Universidad de Puerto Rico, regida por el rector Jaime Benítez,
que aspiraba a hacer de aquel centro una universidad de inspiración orteguiana
y con fuertes raíces hispánicas —en la que pasó sus últimos años Juan Ramón
Jiménez, Premio Nobel de Literatura—.
Desaparecido Ortega y cuestionado su
magisterio desde la derecha y la izquierda, Marías inició un amplio proyecto de
presentación sistemática de los hallazgos filosóficos de Ortega, mediante un
amplísimo comentario a las Meditaciones
del Quijote (1957) y una
monumental biografía (Ortega. I. Circunstancia y vocación, 1960;Ortega. Las trayectorias, 1983). Desarrolló, al mismo
tiempo, aspectos no explorados por su maestro. Aquí se sitúa su doctrina de
“estructura empírica de la vida humana”, conjunto de dimensiones mediante las
cuales cobra realidad la tensión yocircunstancia que constituye “mi vida”, pero
que podría variar, por ejemplo, de haber vidas análogas a la nuestra en otros
mundos, con distinta corporeidad, sexualidad, etc. Esta línea de estudio ha
generado algunos libros clave de su madurez:Antropología metafísica (1970), o La mujer y su sombra (1986), al tiempo que mantenía una
mirada crítica sobre el mundo del cine, mediante una columna periódica que le
ha permitido crear una importante “antropología cinematográfica” (Visto y no
visto, 1970).
Siempre interesado por el porvenir de la
sociedad española, sus estudios sobre el pasado impulsaron una nueva mirada
atenta hacia el presente y el futuro. De ahí nacieron obras dedicadas a
examinar la realidad profunda de las regiones españolas (por ejemplo, Consideración de Cataluña, Nuestra
Andalucía) que han resultado previas al posterior estallido de
nacionalismos, así como una permanente reflexión realizada en la prensa diaria
sobre las posibilidades y peligros que corría una futura democracia que pudiera
constituirse al término del franquismo. Esa reflexión (La España real, 1975-1998) se prolongó en los años
de la transición y se enriqueció con su experiencia del mundo político al ser
nombrado senador por designación real en las primeras Cortes Constituyentes de
la transición. Su defensa de la libertad y la democracia se conjugó con el
máximo aprecio a la historia española, y sus empresas históricas. Ofreció una
visión de esa historia en España
inteligible (1985), y en
obras complementarias como Cervantes,
clave española(1990) o Ser
español (2000).
En 1977, falleció su mujer, Lolita; la
huella de su ausencia le acompañó desde entonces. Con todo, su actividad no
cesó. Filosóficamente, desarrolló sus reflexiones sobre la “persona”, cuya
índole fluente, futuriza e irreductible a la cosa ha destacado; éste es
posiblemente el concepto central en su doctrina de madurez. Socialmente,
multiplicó la presencia de la tradición liberal de pensamiento a través de su
acción como presidente de la Fundación “Fundes” (Madrid), como director de unos
estudios de verano en Soria (1972-1977), o colaborando en grupos como el
Colegio Libre de Eméritos, fundado en la década de 1980. Entre 1980 y 1984, fue
uno de los intelectuales marginados por el régimen anterior que fue nombrado
catedrático universitario en atención a sus méritos —al igual que Cela, Castilla
del Pino y algunos más—. Marías ocupó una cátedra en la Universidad Nacional de
Educación a Distancia. Ello dio origen a unos cursos anuales, que desde la
década de 1980 mantuvo en Madrid, con enorme éxito de público, en el marco del
Instituto de España.
Marías ha sido siempre, declaradamente, un
pensador cristiano. Su tesis juvenil estuvo dedicada al pensamiento del
filósofo francés padre Alfonso Gratry. De entonces procede su aprecio por los
hallazgos filosóficos de X. Zubiri sobre el ser fundamental. En esta línea,
cabe mencionar su presencia como invitado, durante algunas sesiones, al
Concilio Vaticano II. En años más próximos, ha publicado importantes
reflexiones, como Sobre el
cristianismo (1997) o La perspectiva cristiana(1999).
Entendía que en la filosofía de la razón vital se reformula, filosóficamente,
muchas de las intuiciones que inspiran la cosmovisión cristiana.
Por su obra sobre cine fue elegido miembro
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1990; en 1996, recibió
el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Fue miembro de la
Academia Pontificia de Cultura (por designación de Juan Pablo II) (1982-1992).
También le fue otorgado el Premio Internacional Menéndez Pelayo de la
Universidad Internacional Menéndez Pelayo, el Premio a las Letras de la
Comunidad de Castilla y León (1988), y, en el mundo académico, ha recibido
varios doctorados honoris causa y muchas otras distinciones.
Profesionalmente, se definió a sí mismo
como “escritor”, desde los primeros años de su actividad pública. Figura muy
destacada de una filosófica Escuela de Madrid, ha entendido la filosofía como
“mirada responsable” y la ha desarrollado desde un temple liberal que ha
caracterizado en ocasiones como de “melancolía entusiasta”. Con frecuencia ha
repetido como leyenda o motto de su vida estas palabras: “Por
mí, que no quede”, lo que le ha llevado a una continua defensa de los valores
históricos y creativos de la realidad española, y a una incansable exigencia de
veracidad en su vida y en su obra.
Falleció en Madrid el 15 de diciembre de
2005.
Obras de ~: Con C. Alonso del Real y M.
Granell, Juventud en el mundo
antiguo (crucero universitario por el Mediterráneo), Madrid, Espasa Calpe, 1934; con G.
Bleiberg (dirs.), Diccionario
de la literatura española, Madrid,
Revista de Occidente, 1949 y 1972; Obras, Madrid, Revista de Occidente,/
1958, 10 vols. (I. Historia de
la filosofía. II. Introducción a la filosofía, Idea
de la Metafísica, Biografía de la filosofía. III.Aquí
y ahora. Ensayos de convivencia. Los Estados Unidos en escorzo. IV. San Anselmo y el insensato y otros
estudios de filosofía. La filosofía del Padre Gratry. Ensayos de teoría. El
intelectual y su mundo. V. Miguel de Unamuno. La Escuela de
Madrid. La imagen de la vida humana. VI. El método histórico de las
generaciones. La estructura social. El oficio del pensamiento. VII. Los españoles. La España posible en
tiempo de Carlos III. El tiempo que ni vuelve ni tropieza. VIII. Análisis de los Estados Unidos. Israel:
Una resurrección. Imagen de la India. Meditaciones sobre la sociedad española.
Consideración de Cataluña. Nuestra Andalucía. Nuevos ensayos de filosofía. IX. Ortega y tres antípodas. El lugar
del peligro. Ortega. Circunstancia y vocación. Ensayos. X. Antropología metafísica. Ensayos);
con J. L. L. Aranguren, Azorín, P. Laín y R. Menéndez Pidal, Experiencia de la vida, Madrid, Alianza Editorial, 1969; Visto y no visto: crónicas de cine, Madrid, Guadarrama, 1970; Literatura y generaciones, Madrid, Espasa Calpe, 1975; La justicia social y otras
justicias, Madrid, Espasa
Calpe, 1979; La mujer en el
siglo xx, Madrid, Alianza Editorial, 1981; Breve tratado de la ilusión, Madrid, Alianza, 1985; España inteligible: Razón histórica
de las Españas, Madrid,
Alianza, 1985; Hispanoamérica, Madrid, Alianza, 1986; La mujer y su sombra, Madrid, Alianza, 1986; Memorias. Una vida presente, Madrid, Alianza, 1988, 3 vols.; La España real, Madrid, 1988 (La España real. Cinco años de
España. España en nuestras manos. La devolución de España. La libertad en juego); La felicidad humana, Madrid, Alianza, 1989; Generaciones y constelaciones, Madrid, Alianza, 1989;Cervantes clave
española, Madrid, Alianza,
1990; La corona y la comunidad
hispánica de naciones [Madrid],
Asociación Francisco López de Gómara, 1992; La
educación sentimental, Madrid,
Alianza, 1992; Mapa del mundo
personal, Madrid, Alianza,
1993;Razón de la Filosofía, Madrid,
Alianza, 1993; El cine de
Julián Marías. Escritos sobre cine (1960-1965), comp. de F. Alonso, vol. I,
Barcelona, Royal Brooks, 1994; Persona,Madrid,
Alianza, 1996; Tratado de lo
mejor, Madrid, Alianza, 1996; España ante la historia y ante sí
misma, Madrid, Espasa Calpe,
1996; El curso del tiempo, Madrid, Alianza, 1998, 2 vols.; La perspectiva cristiana, Madrid, Alianza, 1999; Ser español. Ideas y creencias en
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Espasa Calpe, 1977; A. Donoso, Julián
Marías, Boston, Twayne
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y sociedad en Julián Marías, Albacete,
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Razón, 107 (1998), págs.
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Diputación, 2001; VV. AA.,Un siglo de España. Homenaje a Julián Marías, Madrid, Alianza, 2002; P. Roldán
Sarmiento, Hombre y humanismo
en Julián Marías (la dimensión psicosocial de su antropología), tesis doctoral, Madrid,
Universidad Complutense, 2003 (Valladolid, Diputación Provincial, 2003); J.
Pérez Duarte, Claves del
pensamiento político de Julián Marías, Bilbao,
Universidad de Deusto, 2003; H. Carpintero, Una
voz de la “tercera España”. Julián Marías, 1939, Madrid, Biblioteca Nueva, 2007; Julián Marías: una vida en la
verdad, Madrid, Biblioteca
Nueva, 2008.
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