Durante su intervención en el Colegio de Europa, de Lovaina, el rey Felipe VI ha mostrado en unas palabras aleccionadoras ( por cierto, no en lengua espanola ), la nueva época que se avecina, fundamentada en una nueva vertebración de la relaciones entre los países libres, miembros del mundo occidental:
"No podemos empezar a fortalecer nuestras capacidades —sería absurdo hacerlo— sin considerar nuestras alianzas, y en particular la Alianza del Atlántico Norte (OTAN), de la que depende en gran medida la seguridad en Europa. Porque el vínculo transatlántico, nuestro marco estratégico estrella, no es solo una decisión política determinada por la casualidad. Es una forma de comprender nuestro lugar en el mundo, una comunidad basada en valores forjada en los convulsos años del siglo XX, que cobra más importancia que nunca en el siglo XXI. No debemos olvidar que la nuestra es una alianza de Estados democráticos. Por eso todos participamos en el diálogo transatlántico: instituciones, empresas, universidades, artistas, creadores y sociedad civil. Por lo tanto, les animo a que, a lo largo de sus carreras, sigan fomentando ese diálogo. Les animo a que sigan creyendo en él"
Para iniciar esta tarea conviene partir de lo que fue la fundación de ese mundo, realizado entre España y Portugal; referencia obligada de cualquier meditación sobre esta nueva singadura de los países civilizados frente a las amenazas que aparecen en el horizonte.
En los años 1999-2000 la fundación FUNDES realizó un curso, dirigido por Julián Marías, sobre esta cuestión. Cómo presentación del mismo, intervino el señor Gustavo Villapalos con las iguientes palabras:
( En el enlace siguiente se puede acceder al contenido del curso)
La fundación de Occidente Entre Carlos V y Velázquez (1500-1660)