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Soria

A partir del año 1946, Julián Marías pasó los veranos en la ciudad de Soria, hasta 1977. Luego, desde la muerte de su esposa, Lolita, esporádicamente. Inspiradora de sus mejores escritos y proyectos. Ciudad de frontera, de poetas y de sueños. De la que ha partido el autor de éstas lineas para comenzar esta bitácora.


"Yo he tenido una relación infrecuente y ex-
traña con una mínima dudad española; una
pequeñísima, modesta y nada espectacular
ciudad de Castilla la Vieja: Soria. He residido
en ella, con muy contadas excepciones, todos
los veranos, desde 1946. Pero no es que
haya pasado allí mis «vacaciones» —entre
otras razones,  porque se cuentan con los
dedos de las dos manos los días de vacación
que he tenido en unos cuantos decenios—
No, he vivido en Soria durante un par de
meses, a veces tres, en verano. He visto cre-
cer a mis hijos, he trabajado —son inconta-
bles las páginas que he escrito en Soria—,
he conversado horas interminables, he reco-
rrido una vez y otra todas las calles y calle-
jas; he entrado en todas sus iglesias; he com-
prado en sus tiendas y mercados; he pasado
horas y horas —hablando, leyendo, escri-
biendo, callando— en ese parque delicioso
que se llama oficialmente Alameda de Cer-
vantes, pero que no tiene otro nombre que la
Dehesa, así como la calle Mayor, que ha ido
recibiendo nombres políticos, nunca ha tenido
otro verdadero que el Collado; esa calle que
va de la Dehesa a la plaza Mayor, donde el
reloj de la Audiencia da siempre la una en el
breve poema de Antonio Machado, donde
tantas veces hemos esperado, en la breve
ciudad, «tan bella, bajo la luna», a escuchar
las campanadas: los cuatro cuartos y la más
grave de la hora; esa calle donde no se
puede dar un paso sin ver a personas conoci-
das, al menos de vista; donde por la noche,
muy tarde, desde la cama, oíamos las pisa-
das de los transeúntes y, durante largo rato,
sus conversaciones, porque el Collado, en la
alta noche, tiene las mejores condiciones
acústicas del mundo. En Soria he anudado y,
podríamos decir, labrado algunas amistades
que durarán toda la vida —y espero que la
otra—; he amado de manera que ahora cada
piedra, cada esquina, cada sombra, me pro-
duce dolor".

11 09 1983    Soria, la ciudad vivida


Calatañazor




30 08 1953 Viaje al año mil                                            





26 12 1957 Huesped de las nieblas, vecino de 
Soria

21 05 1972 La imagen intelectual del mundo y su "descapitalización"

1972- 1977 Cursos en Soria  
Razones líricas (26/03/1998)



10 08 1979  Entre San Polo y San Saturio
 Ermita de San Saturio




26 08 1979 Destrucción y creación
















24 09 1983Soria, la ciudad vivida en ABC


11 09 1983 
         Soria, la ciudad vivida en La Vanguardia



16 08 1986 Vitalidad

07 08 1987 El prosaísmo


06 04 1990 Una biografía de Antonio Machado




06 09 2001 Soria de nuevo 


2005 Julián Marías en Soria por Emilio Ruiz


Berlanga de Duero


Sobre el libro "Soria en Julián Marías" 
y en el blog de Javier Marías



Pico Frentes

Julián Marías y la sociedad soriana

1 comentario:

  1. Me ha gustado leer este post. Me une a él que yo también he veraneado durante mi infancia en la provincia de Soria, en la zona de los pinares. En ocasiones parece que te pierdes por "Campos de Castilla". Hoy los pueblos de Soria son lugares muy envejecidos. Este verano he podido volver al pueblo y he visto que casi hay más personas mayores que jóvenes y que incluso hay una residencia de ancianos. Parece que estaban todos los elementos para que alguien con sensibilidad y capacidad poética volviese a escribir.

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